Los errantes.
Una vez escuche el cuento «el buscador» de Jorge Bucay y mirando una foto antigua me hice la pregunta sobre esos personajes que no pude conocer, imagine también una ficticia historia en la que dos amigos con caminos diferentes se conocieron e intercambiaron el conocimiento sobre lo que es estar perdido y lo que es vivir una vida como buscador, o visto desde fuera como unos errantes sin un hogar fijo, y quizá sin un destino trazado.
Algunas veces quizá solo como aventura surge la motivación de salir a caminar en el mundo a dejar la seguridad del hogar y perderse en la niebla como un recuerdo muy antiguo.
Recordando también un poema de James Kavanaugh añado otra idea que apoyó a la creación de esta obra.
*Algún día*
Algún día yo me iré
Y seré libre
Y dejaré tras de mí a los estériles
A su segura esterilidad
Me iré sin decir dónde voy
Y caminaré a través de un campo baldío
Para allí dejar el mundo
Y alejarme luego despreocupado
Como un Atlas sin empleo
–James Kavanaugh–
Tecolotl:
Tu obra de Los Errantes, ya es una obra de tu madurez artística, está muy lograda, tu técnica -esos pincelazos gruesos- están dominados. Diría yo, otra vez, que definitivamente tienes un estilo.
A los rostros, que denotan diferencia de edades -uno tiene el pelo gris- no les encuentro defecto, observo los colores y su tosca aplicación, son trabajo de un artista, diría yo que son personas identificables, diría que expresan su estado de ánimo: un momento de tranquilidad dentro de su transitar. Hablaría que fueron bien retratados.
El tono de la piel es diferente en cada uno de ellos, pero en cada uno de ellos es el mismo en manos y rostros y eso es acertado.
Los colores de los ropajes, uno para cada uno de ellos -uno verde, otro azul- hablaría de la capacidad estas personas para elegir un color de atuendo que les individualiza y que atrapa la atención. Vuelvo sobre los gruesos pincelazos en la ropa: están tan bien combinados que no se requiere más. Pescan mi atención los zapatos verdes del joven de verde, también las blancas camisas, sus cuellos.
Las manos igualmente están muy bien logradas, particularmente las del hombre azul reflejan lo duro del trabajo.
El equipaje, la maleta dice que son personas que acaban de llegar o están por partir. El fondo es una gastada pared de algún lugar que no tiene mayor lujo, pudiera ser una estación, un hotel, una habitación elemental, con función para lo básico, para lo elemental, para quienes van de paso. Su único lujo es el brillante azul del piso.
No sé sobre que están ¿una banca? ¿un camastro? No lo sé.
Me da la idea que pudieran ser europeos ¿italianos? O bien de Medio Oriente ¿de Líbano? No lo sé.
La época sería quizá mediados del siglo XX, pero no más, imagino por la ropa, por el tipo de maleta. Eso hace más enigmático al cuadro, pues tú, el artista no eres de esa época. Eres joven.
Es una muy interesante y atrayente obra.
Es lo que comento.
Eduardo Ruiz M. Desde México.