

Hay recuerdos y anécdotas que nunca vivimos, yacen almacenados como una foto borrosa carcomida por el tiempo.
Una ave recorre el mundo y quizá lleva el recuerdo de su primer salto, quizá cuando sus alas no estaban preparadas.
Hay relatos de la infancia, sabores aprendidos y tradiciones que también importa preservar.
Nada de eso es posible sin esa mujer y cómplice, tan necesaria desde el principio, tan importante como para olvidar su historia.